¿Cómo acometer la rehabilitación de fachadas?
La rehabilitación de fachadas implica la planificación y puesta en marcha de un proyecto arquitectónico y constructivo de gran calado. Se lleva a cabo, por ejemplo, cuando los materiales o la estructura de esta parte de un edificio están muy deteriorados. Otra de las razones para acometerla es dotarla de una mayor eficiencia energética. Para desarrollarla de la manera adecuada, hay que tener en cuenta todo un conjunto de consideraciones técnicas, legales, organizativas, presupuestarias, estéticas y de tiempo.
¿Qué es la rehabilitación de fachadas?
Se trata de un proyecto de obra cuyo objetivo es reparar el mal estado de esta parte tan importante de los edificios. No en vano, las fachadas tienen una finalidad de protección del interior de una construcción y, además, cumplen una función estética. Por eso, resulta esencial, tanto para la imagen como para el bienestar y seguridad de los habitantes, que se encuentren en perfectas condiciones.
En la mayoría de los casos, se realizan por las siguientes razones:
- Deterioro de las paredes que lo forman o de alguno de sus componentes (cornisas, tejas, balcones, elementos decorativos, etc.).
- Aparición de humedades o abultamientos, con perjuicio del confort interior o peligro de accidentes.
- Pérdida del aislamiento y las condiciones óptimas para la estanqueidad y la calefacción.
Por lo general, acometer estas obras son una excelente oportunidad para hacer cambios de calado, como por ejemplo, la mejora de los niveles de impermeabilización y aislamiento y la renovación de ciertos sistemas, como los eléctricos, términos o de ventilación.
¿Cuánto tiempo se tarda en la rehabilitación de fachadas?
Existen muchos factores que condicionan el tiempo de finalización de una intervención de estas características. No obstante, los permisos municipales para ello tienen una vigencia, normalmente, de tres meses. Por lo tanto, en este plazo, se deberán acometer todas las acciones necesarias y conseguir un buen acabado.
Pese a este promedio, la experiencia nos dice que suelen surgir una gran cantidad de imprevistos que retrasen la finalización. Pueden aparecer problemas derivados de la estructura, imperfecciones, calidad de los materiales, llegada de los pedidos, cambios de última hora, etc.
Además, hay que tener en cuenta que la actividad en estos casos afecta al entorno más cercano. Por tal motivo, habrá que prever posibles adaptaciones o cambios derivados de ellos.
¿Cómo mejorar la fachada de un edificio?
La rehabilitación de fachadas puede suponer una oportunidad para mejorar toda la estética, el confort y la eficiencia energética de la construcción. Estas son algunas de las cuestiones que cabe tener en consideración:
- Renovar todo el material que la recubre y eliminar las humedades.
- Conseguir un alisado y simetría de todas las partes.
- Realizar los cambios necesarios para el mayor aprovechamiento de la luz solar, evitando el exceso de esta a determinadas horas del día.
- Integrar consideraciones de las casas pasivas en el diseño, de manera que se incremente la ventilación y la luz natural y se reduzca el consumo eléctrico.
- Acometer las acciones que sean oportunas para garantizar la estanqueidad, el aislamiento y la impermeabilización del edificio.
También se pueden incluir aspectos estéticos o de conservación del patrimonio histórico y artístico, en el caso de algunas fachadas antiguas.
En definitiva, la rehabilitación de fachadas supone movilizar una gran cantidad de recursos, tiempo, materiales y trabajadores. No en vano, son muchos los aspectos a considerar que requieren de actuaciones específicas. Asimismo, hay que pensar en el bienestar del entorno y de los vecinos del edificio. En ese sentido, todas las actuaciones han de proyectarse para causar el mínimo impacto posible. Si te ha resultado interesante este artículo, puede que te guste consultar este sobre proyectos realizados con metodología BIM.
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