Radón en la salud, sus efectos y las medidas preventivas necesarias

Los efectos negativos del radón en la salud pueden ser graves y están ligados a la aparición de cáncer de pulmón. Este gas sin olor, color o sabor es nocivo, sobre todo, cuando se encuentra en altas concentraciones en el aire. También puede filtrarse al agua y encontrarse en espacios abiertos, pero es menos peligroso porque tiende a disiparse. Por tanto, donde es realmente necesaria la prevención es en lugares interiores habitados. En ellos puede ser recomendable realizar una prueba para comprobar si hay presencia de esta sustancia.

Efectos del radón en la salud… y en nuestra casa

Las viviendas y otras instalaciones habitadas sufren mayoritariamente los efectos del radón. En algunas zonas de alto riesgo este gas representa un problema de salud pública. La clave radica en las áreas con alta concentración del gas en el suelo. Desde ahí, emerge a las viviendas a través de grietas en los cimientos, tuberías o losas.

Los niveles pueden variar según el día o incluso según la hora del día. En los casos en que el gas asciende, quienes lo inhalen pueden acabar con partículas depositadas en sus pulmones. A veces pueden pasar años hasta que se desencadenan las consecuencias. De hecho, esta sustancia es la segunda responsable de la aparición de cáncer de pulmón. Solo está precedida por el consumo de tabaco, que ocupa el primer lugar como causa de esta enfermedad.

Por lo tanto, en determinados casos resulta muy recomendable realizar pruebas de medición. Estos test deben contar con certificación ISO 17025. Hay métodos activos y pasivos, siendo estos últimos los más usados. No obstante, los activos son más fiables, pero requieren de la participación de profesionales con experiencia.

Una prueba de detección del radón tras una mudanza a una nueva vivienda o al reformarla es una buena decisión. Lo mismo ocurre si es una edificación que no ha sido sometida a este test en ninguna ocasión.

Radón en la salud: estos son sus peligros

El peligro del radón en la salud llega a ser, en muchas ocasiones, elevado. Ya hemos comentado que el riesgo principal se da en viviendas, sobre todo, cuando tienen altas concentraciones del gas. Si, además, no están correctamente ventiladas, la amenaza es aún mayor. De ahí la importancia de realizar pruebas de medición, junto con la colocación de sistemas controlados de ventilación.

Es un peligro global, en especial, en zonas de alto riesgo. Se descompone en partículas radioactivas sólidas que, al ser inhaladas, pueden quedar alojadas en los pulmones. Con el paso del tiempo, su proceso de descomposición continúa dentro del cuerpo humano. Entonces, liberan pequeñas cantidades de energía, con el poder de dañar el tejido pulmonar.

El riesgo de cáncer aumenta en los fumadores

Debemos tener claro que no todas las personas expuestas a este gas desarrollan alguna enfermedad. Además, como hemos comentado, el tiempo entre la exposición y el inicio de la enfermedad puede ser prolongado, incluso de muchos años.

Las probabilidades de desarrollar cáncer se incrementan con niveles de concentración altos y una exposición prolongada. Además, los fumadores o quienes lo hayan sido en algún periodo de sus vidas, tienen un mayor riesgo.

Es necesario medir para evitar riesgos

El hecho de no existir señales de alarma o síntomas del efecto en nuestros organismos, lo hace aún más peligroso. Por lo tanto, resulta crucial tomar medidas preventivas, como la adecuada ventilación del hogar. Además, hay que llevar a cabo pruebas de medición de los niveles de este gas en el aire.

En este artículo, hemos sido aún más conscientes de los riesgos y efectos del radón en la salud. De ahí la necesidad de tomar medidas preventivas. Si te interesa este tema, consulta este artículo: Ventilación natural para mejorar la calidad del aire.