La envolvente térmica de un edificio está compuesta por todos los cerramientos que separan los espacios habitables del exterior, y también por las particiones interiores que dividen los espacios habitables de los no habitables que limitan con el exterior. En definitiva, se trata de todos los elementos que se encargan de separar el interior del exterior de un edificio, como los muros, los techos, los suelos o las ventanas.
