detector de presencia

Rehabilitar de forma eficiente un edificio consiste en llevar a cabo determinadas actuaciones que permitan mejorar su eficiencia energética, es decir reducir de forma sustancial su consumo energético y las emisiones de CO2. Las actuaciones a emprender para lograr este objetivo varían según las características del edifico: su antigüedad, su tipología, el tipo de cerramiento empleado en la fachada o sus instalaciones térmicas, de esto depende también el detector de presencia.

 

Elementos para conseguir una rehabilitación eficiente y funcionamiento del detector de presencia:

  • Equipos de ACS y climatización: la mejora en la eficiencia de las instalaciones del edificio produce el mayor ahorro en el cómputo global del consumo energético del inmueble. Esto se puede conseguir cubriendo la demanda energética mediante la aportación de energías renovables, tal y como queda reflejado en las medidas que se describen a continuación:
    • Uso conjunto de instalación solar térmica con calderas de condensación para la producción de agua caliente sanitaria.
    • Instalación de una bomba de calor de gas natural para cubrir la demanda de ACS, utilizar un suelo radiante como sistema de calefacción y refrigeración, e incorporar una aportación de energía solar térmica.
    • Instalación de calderas de biomasa, siempre y cuando las condiciones de orientación de las fachadas del edificio así lo aconsejen y se disponga de espacio suficiente para el almacenamiento de combustible.
    • Implantación de otros tipos de energías renovables como la energía geotérmica, sistemas de cogeneración o sistemas híbridos.
  • Envolvente térmica: es la membrana o cerramiento exterior del  edificio que permite controlar las condiciones climáticas de su emplazamiento, mejorándolas y adaptándolas a las necesidades de confort de sus habitantes. La rehabilitación eficiente de una envolvente térmica puede llevarse a cabo de la siguiente manera:
    • Trasdosar hacia el exterior del cerramiento del edificio una fachada ventilada formada por: una estructura auxiliar anclada al cerramiento existente; una capa de aislamiento térmico fijada con mortero adhesivo; y finalmente una hoja exterior de acabado. La sub-estructura deja unos pocos centímetros de cámara de aire entre la capa de aislamiento y la hoja exterior. Las juntas que unen estas placas son abiertas, permitiendo la entrada de un flujo de aire constante que ventila la fachada definitiva.
    • Mejorar las condiciones de aislamiento térmico del acristalamiento de huecos y ventanas de los muros de fachada, mediante la colocación de un vidrio doble con cámara de aire.
  • Ahorro energético: detectores de presencia: el grado de eficiencia energética de una instalación de ventilación se ve notablemente incrementado mediante la colocación de elementos electrónicos como son los sensores de CO2 o de humedad. Son sistemas cada vez más utilizados ya que la experiencia demuestra que la mayoría de los locales de oficinas, salas de reuniones, comercios , etc, tienen una ocupación máxima del 60% a lo largo del día. Estos elementos se conectan al sistema de ventilación para regularlo en función del grado de contaminación que afecta a cada local. Los sensores se integran en el sistema de ventilación que puede ser monozona (el espacio a ventilar está formado por una sola área abierta, sin divisiones) o multizona (la zona que se va a ventilar está compuesta por varias áreas compartimentadas que requieren de un tratamiento de ventilación homogéneo). En ambos casos la ventilación funciona inicialmente con un régimen mínimo de ventilación. El sensor de CO2 detectará el incremento de contaminación en función de la ocupación de la sala y enviará este dato a un elemento regulador que ordena incrementar o reducir la velocidad del ventilador de forma proporcional para adecuar el caudal a las necesidades de cada momento. De esta forma se consigue un importante ahorro energético en relación con los sistemas de ventilación total. En los sistemas que incorporan sensores higrométricos el proceso se repite una vez detectados los cambios en los valores de humedad en el ambiente. También es frecuente el uso de sistemas de control con triple señal (CO2, humedad relativa y temperatura) que incorporan sensores con los tres parámetros ambientales, capaces de discriminar cual de los tres es el más desfavorable a la hora de ordenar al sistema que aumente la velocidad de los ventiladores y por tanto el volumen de aire renovado. También existen detectores de presencia equipados con sensores sensibles al movimiento que permiten ahorrar energía al activar la iluminación únicamente en aquellas zonas del edificio donde se desarrolla algún tipo de actividad y apagándola en el resto.

 

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