El medidor de CO2: un aliado esencial para garantizar la calidad del aire
Un medidor de CO2 es un dispositivo especialmente diseñado para controlar la calidad del aire de los recintos interiores de un edificio. Mantener una adecuada calidad del aire interior no solo es imprescindible para evitar el síndrome de edificio enfermo, sino para crear ambientes interiores agradables que no pongan en riesgo ni el bienestar ni la salud de sus ocupantes.
Normativa y calidad del aire
De acuerdo con la normativa vigente (CTE DB HS 3, Calidad del aire interior) es obligatorio dotar a los recintos de un caudal de ventilación mínimo que garantice una correcta renovación del aire. Así, se debe insuflar hacia el interior un aire fresco, limpio y libre de impurezas y expulsar, a su vez, el aire contaminado debido al uso habitual de los locales por parte de los usuarios.
Cabe señalar que el caudal mínimo de aire debe variar en función de la ocupación de los recintos, por lo que es de vital importancia disponer de sistemas de ventilación que posibiliten la regulación del caudal de ventilación que se desea aportar en cada momento. Una buena solución son las bocas de extracción autorregulables, que permiten al usuario, mediante dispositivos de control automático de demanda de caudal de aire, decidir en todo momento la cantidad de m3/h que se desea extraer.
Las partículas contaminantes que puede transportar el aire son, sobre todo, el CO2 resultado de la respiración de los seres vivos y los compuestos orgánicos volátiles que despiden los propios materiales de construcción (pinturas y demás productos químicos de los materiales).
¿Cómo funciona un sensor de CO2?
Un sensor de CO2, instalado en los edificios de uso terciario (oficinas), es un detector de presencia que se conecta al sistema de ventilación para regularlo según el nivel de contaminación al que está sometido cada uno de los recintos. Teniendo en cuenta que el grado de ocupación máxima durante una jornada laboral de las salas que forman parte de un edificio de oficinas no excede del 60%, se trata de una medida ideal de ahorro de energía.
Existen en el mercado dos tipos de sensores:
• Monozona: el recinto a ventilar no está compartimentado.
• Multizona: el recinto a ventilar está compartimentado, pero la renovación del aire debe ser homogénea.
De acuerdo con los niveles de contaminación (en base a la tasa de CO2 resultante de las actividades metabólicas —respiración— de los usuarios) el dispositivo ordenará aumentar o disminuir la velocidad del extractor para adecuar el caudal de ventilación mínima de acuerdo a las necesidades de cada momento.
Montaje de las sondas de medición
La sonda debe instalarse bien en un muro del local, bien en la red de extracción.
En el caso de que la sonda se instale en el muro del local:
• Debe situarse a una altura del suelo de entre 1,5 y 3,5 metros.
• Se deben evitar corrientes de aire (ventanas, puertas, bocas de insuflación) y zonas muertas (cajones, estanterías, cortinas).
• Se deben evitar las fuentes de calor y la proximidad de ocupantes (deben situarse en un radio de 1 a 2m de un puesto de trabajo).
Si el montaje de la sonda se realiza en un conducto de extracción:
• La boca de extracción debe estar situada al menos a 3,5 metros de altura, y debe estar separada de la sonda de CO2 a una distancia de menos de 6 metros.
• Se debe practicar un agujero en el conducto en el lado inferior del diámetro del elemento sensible de la sonda, insertar la sonda en el conducto y procurar una buena estanqueidad alrededor de esta, y fijar la sonda con la ayuda de 2 tornillos mediante los soportes de fijación.
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