mala climatización disconfort térmico

En los últimos años se ha popularizado el concepto de disconfort térmico, aún no aceptado por la Real Academia Española, pero sí acunado por el Gobierno. Tal y como explica el Instituto Nacional de la Seguridad y la Higiene en el Trabajo (INSHT), este problema de falta de confort se produce cuando una persona se expone a temperaturas muy elevadas o muy bajas en el puesto de trabajo. ¿La causa? Una mala climatización o una ventilación deficiente. Y los problemas que puede acarrear son lo suficientemente graves como para tener en cuenta este fenómeno.

Aunque el disconfort térmico podría originarse en el hogar, solemos referirnos a él en ambientes laborales, si bien se amplía el concepto al trabajo doméstico. Esta falta de confort debido a unas temperaturas erróneas por una mala climatización puede propiciar las situaciones negativas, siempre debido a un exceso de frío o de calor en interiores:

  • Cansancio y somnolencia en el caso de un exceso de calor.
  • Desorientación si las temperaturas son muy elevadas.
  • Cierto estado de desasosiego tanto con los termómetros marcando valores muy elevados o demasiado bajos.
  • Mal desarrollo de nuestras tareas y ansiedad si las temperaturas descienden demasiado.

Este problema se debe a una mala climatización, que no solo ha de ser por una falta de sistemas que atemperen el aire en interiores, sino que también puede originarse debido a un exceso en el uso de los sistemas de aire acondicionado o de calefacción. Encontraríamos las siguientes situaciones de disconfort térmico:

  1. En verano, cuando las temperaturas en interiores son demasiado elevadas y suponen un inconveniente.
  2. En invierno, al no existir soluciones contra el frío y darse temperaturas muy bajas en el trabajo.
  3. En verano, si dentro de una oficina el sistema de aire acondicionado hace que las temperaturas bajen demasiado.
  4. En invierno, si la calefacción nos obliga a ir en manga corta para evitar problemas por exceso de calor.

Los dos primeros casos suelen darse en entornos laborales de producción o de carácter técnico. Algunos pueden ser realizados en naves industriales o en centros de producción, o incluso en cocinas. Las otras dos situaciones, cuando se padece calor en invierno y frío en verano, suelen tener su origen en un abuso de la climatización en oficinas.

El calor, según anuncia el mismo INSHT, es «un peligro para la salud porque nuestro cuerpo, para funcionar con normalidad, necesita mantener invariable la temperatura en su interior, en torno a los 37 ºC». Si se rebasa ese valor, se dan problemas de salud. Igualmente, el frío depende de la temperatura y la velocidad del aire, siendo el disconfort térmico por mala climatización un problema grave si nuestro cuerpo desciende de los 33 ºC, lo que produciría una hipotermia.

 

Problemas en oficinas por disconfort térmico propiciado por una mala climatización

 

En los entornos laborales de producción se ha de tener especial cuidado para que no se den problemas de hipertermia o hipotermia, facilitando que pese a las condiciones climatológicas adversas los trabajadores estén en una situación de confort térmico.

En el caso de las oficinas, el problema es que se cometen abusos de manera continuada en relación a los sistemas de climatización. Los ejemplos más comunes son los centros de trabajo en los que hace mucho calor en invierno y en verano necesitamos vestir ropa contra el frío debido al aire acondicionado.

Según el Ministerio de Trabajo, las temperaturas que deberíamos tener en interiores son entre los 23ºC y los 26 ºC en verano, y entre los 20ºC y los 24 ºC en invierno. Eso, además, favorecería el consumo energético y no se dispararían las facturas de suministros.

Uno de los problemas más habituales que se suman a la mala climatización es el de la falta de un sistema de ventilación mecánica, que renueve el aire que es necesario extraer de las estancias cerradas.

Para solventar los problemas de disconfort térmico, una de las mejores opciones es la de instalar un sistema de ventilación mecánico de doble flujo. En este caso, se pueden lograr dos beneficios principales:

  1. Se respirará aire limpio al evitar que el aire viciado se forme en cada una de las estancias, lo que también ayuda a un mayor confort en interiores. El aire se filtrará antes de entrar desde el exterior.
  2. La eficiencia energética se garantiza al poder atemperar el aire que entra del exterior, tanto en invierno como en verano. De esta manera, se pueden mejorar las temperaturas en interiores con una unidad de recuperación de calor, obviando el uso de sistemas tradicionales de climatización.

Los sistemas de ventilación de doble flujo son capaces de solventar la mala climatización y el disconfort térmico en los ambientes de trabajo, además de suponer un ahorro considerable en electricidad y otros suministros. Es por ello que son una de las mejores soluciones para mejorar el ambiente profesional.