ionización del aire

El concepto de la ionización y su importancia en el aire que respiramos es algo que puede resultar desconocido para muchos. Sin embargo, no lo es tanto si comentamos que los seres humanos estamos muy afectados por la electricidad estática. Y sin duda casi todos se verán reflejados al pensar en haber recibido un calambrazo inesperado. Por ejemplo, al tocar una puerta metálica o al posar las manos en una escalera mecánica. Incluso en el contacto con otra persona.

En todos esos procesos la ionización está presente, pero también lo está en la irritabilidad, la desorientación, el mal humor o los dolores articulares. ¿Conoces a alguien que tras una operación traumatológica pueda notar que al día siguiente habrá tormenta? Eso también forma parte de la ionización.

Pero no todo es malo, sino que este proceso también puede ayudarnos notablemente. Por ejemplo, en otras situaciones podemos beneficiarnos de una mayor tranquilidad o de una mayor calidad de nuestro sueño, además de ser capaz de protegernos frente a enfermedades o hacernos más resistentes a las bacterias. Si vives en una ciudad, ¿recuerdas a aquellos que de jóvenes pasaban unos meses en entornos naturales y luego estaban mucho tiempo sin enfermar? Pues sí, eso también se debe a la ionización.

 
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A nivel formal, podemos afirmar que la ionización en procesos físicos es la separación de electrones en moléculas neutras, mediante elevadas temperaturas o irradiación ionizante -como puede ser la aplicación de luz ultravioleta, rayos X o radiactividad alfa, beta o gamma-, o aplicando fuertes campos eléctricos. De esta forma se aporta carga positiva de electrones. Es por eso que las tormentas o las formaciones de rayos aportan iones. Pero también lo hacen las pantallas de plasma o los fluorescentes. Sin embargo, podemos explicarlo de manera más sencilla.

El aire no solo está afectado por la polución, sino que hay muchos otros componentes, y algunos afectan de manera importante a nuestra salud, como son los iones, que son partículas de aire cargadas eléctricamente. En según qué situaciones, puede ser un proceso beneficioso -como es el oxígeno ionizado negativamente-, pero en otras tiene efectos dañinos, como es el bióxido de carbono cargado con iones positivos.

Es importante recordar que la ionización del aire es simplemente la ganancia o pérdida de electrones de las moléculas que están en los gases atmosféricos. Y para hacerlo más simple, cabe decir que si hay más iones positivos (protones) es un efecto dañino para las personas, mientras que la ionización negativa (mayor presencia de iones negativos, conocidos como electrones) nos favorece.

Los protones y los electrones se cancelan mutuamente, así que podemos compensarlos en nuestro cuerpo. Hay que recordar que los seres humanos somos bioeléctricos, así que dichas cargas de protones y electrones nos afectan.

¿Qué ocurre cuando el aire se ha ionizado positivamente? Lo que sería que hay una mayor carga de protones:

  • Se produce hiperactividad, jaqueca, ansiedad, malhumor, dolores articulares o agresividad.
  • Las depresiones se ven aumentadas por la carga de protones en el aire. También el cansancio crónico o el insomnio.
  • Se da una debilitación de nuestro organismo, siendo menos resistente frente a enfermedades o bacterias.
  • Los dolores traumatológicos o de los huesos aumentan.

Sabiendo que la ionización positiva -por el aumento de cargas positivas- es dañina para nosotros, ¿cómo podemos evitarlo? Primero, sabiendo dónde se produce esta formación de protones.

  • Las tormentas eléctricas forman protones, debido a las masas de aire que chocan entre sí. Normalmente, esta ionización dañina se produce antes de la tormenta, por eso aquellos que han sufrido una operación pueden adivinar la llegada de una tormenta: están sintiendo en sus cuerpos la llegada de electrones, que es más notable en los huesos que están siendo recuperados.
  • En las ciudades hay un exceso de iones positivos debido a la contaminación atmosférica, sumada a la falta de parques y espacios verdes.
  • La influencia de la Luna también hace que crezcan los protones.

Es curioso que, en muchos países como Estados Unidos, la policía pone mayor énfasis en los días en los que la Luna está más cercana. En los países tropicales donde hay épocas de lluvias con fuertes tormentas monzónicas también se tiene en cuenta que es un periodo que puede aumentar el malestar o los delitos.

 

¿Cómo puede beneficiarnos la ionización en el aire?

 

No todo son malas noticias. Cuando en el aire predominan los iones negativos, nuestro rendimiento físico y mental aumenta.

  • Somos mucho más productivos y descansamos mejor.
  • La ionización negativa favorece la relajación y un estado mental saludable.
  • Los problemas de asma, alergia y otras dolencias pulmonares desciencen gracias a los electrones en el aire.
  • La protección frente a bacterias y otras enfermedades es mejor en entornos con ionización negativa.

¿Recuerdas aquello que solía decirse de que las personas que viven en entornos rurales nunca enferman? No es un mito, sino que tiene una base científica en la ionización. En los lugares naturales es donde más se concentran los electrones. Los balnearios, las zonas de aguas termales, las costas o la montañas son zonas cargadas de electrones. Por eso nos benefician.

 
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