El post-tratamiento del aire en una vivienda o cualquier otro tipo de edificación puede ser tan importante como el tratamiento original. De hecho, gracias a él, podemos mantener en valores ideales la humedad y aportar frío o calor al interior. Esta es la razón por la que nos parece tan importante y por el que le dedicaremos este artículo.

Tratamiento del aire

Generalmente, no damos la misma relevancia al aire que respiramos que a nuestra dieta o a la cantidad de ejercicio que hacemos cada día. Sin embargo, esto es un error. Respirar aire viciado y cargado de agentes contaminantes puede ser tan perjudicial como seguir una mala alimentación o mantener unos hábitos de vida sedentaria.

No podemos obviar que, en estos momentos, la mayor parte de nuestra vida diaria transcurre en interiores. De hecho, lo normal es que desarrollemos nuestro trabajo en una oficina o lugar similar y que pasemos la mayor parte de nuestro tiempo de ocio en el hogar. En algunos casos, como sucede con el teletrabajo, ambos conceptos se fusionan, lo que nos lleva a pasar la mayor parte del día sin salir.

En este sentido, los sistemas de ventilación mecánica de doble flujo se antojan imprescindibles. En concreto, funcionan del siguiente modo:

  • Gracias a una serie de sensores, monitorizan en tiempo real la calidad del aire del interior del inmueble.
  • Cuando determinados valores superan los máximos recomendados (formaldehídos, CO₂, compuestos orgánicos volátiles, etc.), se pone en marcha el sistema de ventilación mecánica y tratamiento de aire.
  • El sistema procede a la extracción del aire interior viciado y, a la vez, introduce en la vivienda aire limpio procedente del exterior hasta que los valores vuelven a la normalidad.

No obstante, esta última fase del proceso no se realiza de forma directa. El sistema de ventilación obliga al aire exterior a pasar por una serie de filtros y agentes purificadores. ¿El objetivo? Eliminar las partículas nocivas, alérgenos y microorganismos presentes en él. De este modo, lo que entra al inmueble es aire limpio de la máxima calidad, básico para cuidar nuestra salud a largo plazo.

Post-tratamiento del aire

Ahora bien, el proceso puede ir un paso más allá e incluir un sistema de post-tratamiento del aire. Habitualmente, consiste en un recuperador de calor que permite mejorar la temperatura del interior.

Este tipo de sistemas aprovechan el caudal de impulsión del aire nuevo con dos objetivos:

  • Aportar frío o calor al interior de la vivienda, según la época del año en la que nos encontremos.
  • Mantener estable el nivel de humedad del aire insuflado.

Para lograrlo, lo normal es utilizar baterías de aguas mixtas. Resultan muy efectivas a la hora de calentar o enfriar el aire introducido en la casa a través del sistema de ventilación y ahorrar energía.

Beneficios

El post-tratamiento del aire ofrece una gran variedad de ventajas. La primera de ellas es un importante ahorro de energía, ya que el gasto en aire acondicionado y calefacción se reduce. Al fin y al cabo, el aire que entra al hogar está más cerca de la temperatura de confort que si se introdujese de manera directa. Esto se traduce en un mayor bienestar para los ocupantes y en un mejor cuidado del medioambiente.

En todo caso, al igual que es posible calentar agua en una vivienda con un sistema de ventilación, también es factible regular su humedad y aportarle frío o calor. Para ello, el uso de unidades recuperadoras dentro de un mecanismo de post-tratamiento del aire resulta imprescindible. Sin duda, una tecnología que proporciona muchos beneficios en materia de ahorro energético y confort térmico dentro de cualquier tipo de edificación.