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¿Por qué se pone enfermo un edificio y cómo alcanzar el confort?

En el año 1970 la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a detectar problemas de salud en algunas personas, relacionados con la estancia durante periodos prolongados en determinados edificios. No se trata sólo de la persistencia de enfermedades víricas ya conocidas, sino también de la aparición de otras nuevas que deterioran las condiciones de salubridad y confort en el interior de estos inmuebles. Es lo que se denomina Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) que suele aparecer con más frecuencia en edificios de oficinas. Según la Organización Mundial de la Salud, las edificaciones que lo padecen tiene características comunes como las que se enumeran a continuación:

  1. Disponen de un sistema de ventilación forzada común a todo el edificio o a sectores muy amplios. Suelen tener las tomas de renovación de aire ubicadas en lugares inadecuados.
  2. Normalmente son edificios en los que se han empleado sistemas constructivos ligeros y poco costosos.
  3. Las superficies interiores están recubiertas en gran parte con materiales textiles, en suelos, paredes y en algunos elementos decorativos.
  4. Se emplean sistemas de ahorro energético y su interior se mantiene relativamente caliente con un ambiente térmico homogéneo.
  5. Se caracterizan por ser edificios prácticamente herméticos que no disponen de ventanas que puedan facilitar una ventilación adicional.

 

Enfermedades asociadas

Las patologías que se producen al habitar este tipo de edificios pueden ser:

  1. Pacientes diagnosticados de asma bronquial, rinitis alérgica o dermatitis atópica, empeoran al permanecer en estos edificios bien sea por su exposición a distintos alérgenos presentes en el ambiente, o por las condiciones micro-ambientales del interior del mismo con condiciones adversas de humedad o de temperatura.
  2. Enfermedades infecciosas: se produce la trasmisión de agentes infecciosos ya sea a través de los sistemas de acondicionamiento del aire o por contagio de persona a persona. También se producen enfermedades virales provocadas por la dispersión de antígenos del propio edificio, cómo en las neumonitis por hipersensibilidad, fiebre de los humidificadores, etc. Pueden aparecer enfermedades tóxicas generadas por la difusión de irritantes o tóxicos volátiles presentes en el ambiente como el CO2 u otras sustancias como los formaldehidos. Estos elementos contaminantes son desprendidos por las pinturas de las paredes o del mobiliario, por los aparatos tecnológicos ubicados en el interior, o por sistemas de calor o de refrigeración que se encuentran en mal estado.
  3. Finalmente, el Síndrome del Edificio Enfermo que se pone de manifiesto cuando un número elevado de personas manifiestan tener un conjunto de síntomas poco específicos pero bien definidos, que desaparecen cuando abandonan el edificio. Incluye un grupo de síntomas en las vías respiratorias, problemas dermatológicos, oculares o sistémicos.

 

En base al conocimiento actual sobre el Síndrome del Edificio Enfermo, no parece probable que las molestias y enfermedades relacionadas con el mismo puedan ser totalmente erradicadas. Sin embargo pueden conseguirse unas condiciones de salubridad y confort aceptables en el interior de estos edificios. Para prevenir este síndrome es necesario prestar atención a ciertos aspectos del diseño, instalación y mantenimiento de los sistemas de aire acondicionado y de ventilación, el ambiente de trabajo en general y a los aspectos anímicos del personal que trabaja dentro de los edificios afectados.

 

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