ahorro energético

El consumo energético en el hogar depende de muchos factores. Desde el uso de electrodomésticos hasta la más simple bombilla, todo influye. Sin embargo, ¿hasta qué punto sabemos qué es lo que nos hace gastar más en la factura de la luz? Si comentamos que los sistemas de climatización tradicionales -como el aire acondicionado y la calefacción- son los que generan el mayor gasto en un hogar seguro que no se sorprende casi nadie. Pero para lograr un verdadero ahorro energético hemos de tener en cuenta muchos factores y condicionantes en casa.

Por supuesto, gran parte de las acciones que podemos realizar en el hogar para reducir la factura de la luz están enfocadas a racionalizar la forma en que calentamos nuestras casas en invierno y las refrigeramos en verano. Y podemos decir que el mito de que para tener un buen confort térmico en interiores necesitamos gastar más no es real. La clave está en economizar y en racionalizar los consumos.

Antes de comentarte lo que puedes poner en marcha en tu casa para recortar la factura de la luz con unas pocas reformas, lo que puedes hacer desde ahora mismo es empezar a tener hábitos de ahorro energético como los siguientes consejos:

  • Apuesta por las bombillas de aún más bajo consumo. Ya muy poca gente utiliza bombillas tradicionales en casa, por lo que este consejo quiere ir un poco más allá. Hoy en día existen bombillas LED y otras soluciones que gastan menos. Lo que te recomendamos es que mires el consumo de la bombilla y compres las que den suficiente luz con el menor gasto. Un detalle: las que tienen forma enroscada suelen dar mejor luz y duran más tiempo.
  • Aprovecha siempre la luz natural. Aunque las bombillas LED gasten muy poco, si las dejas todo el día al final repercutirán en tu factura de la luz. Mira de economizar al máximo el consumo aprovechando la luz natural. En España, sobre todo en verano, tenemos días extremadamente soleados, así que abre las ventanas y no uses la luz eléctrica más de lo necesario.
  • En España existe el periodo Valle, lo que significa que la luz eléctrica es más barata durante las mañanas y las noches. Racionaliza el consumo en base a ello, por ejemplo lavando la ropa en la lavadora durante la mañana y usando el lavavajillas a la noche, ya que ambos electrodomésticos son muy gastadores.
  • La cocina es muy importante. Si tapas las ollas y sartenes al cocinar se reducirá el tiempo de cocinado notablemente, lo que además de darnos tiempo para lo que realmente importa se traduce en un menor consumo energético. Por otro lado, trata de apagar el fuego de tu vitrocerámica o sistema eléctrico cinco minutos antes de acabar el cocinado, ya que con el calor residual le das el toque final.
  • La plancha también consume buena cantidad de energía, así que para tener un buen ahorro energético es muy recomendable que planches a la noche y que hagas toda la ropa de una pasada, no en diferentes ocasiones. La nevera y el congelador también son muy importantes, han de estar el mínimo tiempo abiertos.
  • No dejes tus aparatos eléctricos en stand-by si no los usas. ¿Sabes cuánto puede llegar a gastar una videoconsola si la dejamos suspendida todo un año? Más de cien euros.

Todos estos hábitos de consumo energético harán que gastes mucho menos en la factura de la luz, pero para tener un mayor ahorro en electricidad tendrás que racionalizar también la manera en que calientas o refrigeras tu hogar.

 

Ahorro energético con una mejor climatización

 

El mayor consumo energético en un hogar se produce en relación a la climatización. Tanto las viejas estufas como los aparatos de calefacción hacen que en invierno se dispare la factura de la luz, y el aire acondicionado multiplica lo que pagamos en verano.

La primera recomendación sería mantener una buena temperatura en invierno y verano, sin querer invertir lo natural. Esto es, en invierno no podemos estar en casa en manga corta ni tener frío en verano. La temperatura ideal en invierno ha de rondar los 21ºC y en verano los 26ºC.

Sin embargo, para lograr un verdadero ahorro energético hemos de prescindir de los aparatos de climatización tradicionales. Para ello, lo mejor es reformar el hogar para estar reforzado con aislamiento térmico y también instalar sistemas de ventilación mecánicos.

Gracias al aislamiento térmico evitamos que el frío y el calor se filtren en casa. Nuestras estancias mantienen la temperatura ambiental sin necesidad de usar aparatos de climatización. La ventilación mecánica se encarga de airear las estancias, por lo que el aire que se respira es siempre saludable. Además, puede incorporar unidades de recuperación de calor para que prescindamos habitualmente de los aparatos de calefacción y aire acondicionado. Gracias a ello podemos lograr un ahorro energético mucho más eficiente.